REFLEXIONES DEL QUEHACER PEDAGOGICO
Por mucho tiempo vengo trabajando en escuelas y con maestros diferentes. NUNCA me había sentido tan distante apreciativamente de las decisiones que se toman cuando de evaluar a los estudiantes se trata.
Parece asistir a una sesión de juzgamiento en el que aparecen un número exagerado de estudiantes que según el parecer y el patrón de los maestros no están comportándose como ellos lo quieren: “camina mucho en el salón”, “habla mucho”, “se sale mucho de clase”, “es vulgar”, “es ausentista”, “no estudia”, “se duerme en clase”, “hace de payaso” etc. Parece ser que los maestros aspiran que a las aulas vayan estudiantes “ya formaditos”, quietos, atentos, con buen vocabulario, respetuosos, buenas costumbres etc. Olvidándonos de nuestro compromiso profesional como maestros: FORMAR.
Si un estudiante muestra apatía e indiferencia y no desea asistir a la clase de un profesor, debía este reflexionar: Porqué?...Qué le falta a mi clase para motivar a ese estudiante?...Será que una clase con un maestro sentado en una silla, dictando de un texto: “titulo, punto y seguido, coma , etc….” Puede despertar en el estudiante algún interés?.....ese estudiante no solo se duerme, llega a roncar e incluso soñar.
Particularmente, todos los días mis estudiantes me entregan situaciones que deben ser motivos de reflexión. Mi profesionalidad me debe trasladar a escenarios escritos, pedagógicos y didácticos tratando de encontrar solución a la “situación problema” que me plantea la actitud del estudiante. Solo así podríamos comenzar a dar soluciones aproximadas a las dificultades que se nos presentan en el aula.
Las escuelas, sobre todas las públicas, tienden a quedar con el tiempo, con pocos estudiantes. No hay el compromiso de formar por parte de nosotros los maestros. Cuando el compromiso se hizo mayor, porque los padres la abandonaron hace rato, el maestro sacó el cuerpo a esa responsabilidad.
Cómo es posible que solo a dos meses de iniciada las actividades escolares ya el 30 por ciento de los estudiantes tengan problemas de convivencia y académicos?.....y donde está el proyecto que ha iniciado cada maestro para superar la dificultad?.....fácil señalar las falencias de los estudiantes, donde está la asesoría del maestro?....no le echemos culpa a los padres de familia o al contexto, los padres no tienen la formación para orientar a sus hijos, y al contexto , quienes debemos transformarlo somos nosotros , porque somos los que tenemos la formación y el deber de hacerlo.
No falta quien aparezca diciendo que esta es una posición de una persona” que deja hacer, deja pasar”. NO. Es la apreciación de quien pocos problemas disciplinarios tiene con sus estudiantes, muy contados , y los académicos, se esfuerza para que los estudiantes los superen, acercándome a ellos y tratando de darles alternativas para que por lo menos se vinculen al proceso y adquiera los conocimientos básicos de la asignatura. Conocimientos básicos, no podemos pretender que TODOS los estudiantes se apropien de la misma manera del cuerpo teórico e instrumental de la asignatura.
Hoy cuando se asiste a capacitaciones que tienen que ver cómo memorizar?...Cómo hacer uso de la tecnología en el aula etc….me sostengo más en la teoría de que TODOS LOS ESTUDIANTES PUEDEN APRENDER ( Leer mi texto: Teorema Fundamental del Maestro o abrir la página: jaramilloadonay.blogspot.com) . Solo se requiere de una mediación con los instrumentos didácticos suficientes y necesarios para que este proceso se dé..Cuando no aprenden, es porque yo NO he colocado a su servicio el arsenal didáctico que se requiere.
No soy el maestro “estrella”. Soy el maestro que los conocimientos que he adquirido me llevan a reflexionar de esta manera. Que no los coloque en práctica en un ciento por ciento, es posible, pero por lo menos estoy al día en lo que neurológicamente se está dando a favor del proceso de aprendizaje …por lo que no puedo acolitar decisiones que van en contravía a lo que científicamente está demostrado ..Los padres de familia tienen sus esperanzas puestas en nosotros los maestros para que sus hijos enrumben la vida por caminos de éxito. No para que los estigmaticen. No para que los coloquen en el paredón y los hagan desde temprana edad y en las primeras de cambio como personas no útiles a la sociedad. No ayudemos a acabar con la esperanza que tienen los pobres. MANTENERSE y SOSTENERSE en ese espacio llamado escuela que es a donde les puede llegar la oportunidad que necesitan se les dé.
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